Rubén comenta varios errores que cometí cuando fui Agente de Seguros
Resumen de una muy interesante plática que
recientemente sostuve con Rubén.
Hace como dos, tres, tal vez cuatro años
que conozco a Rubén cuando era agente de seguros de otra compañía de seguros,
pero como la compañía con la que trabajaba no opera los seguros de daños
especialmente autos, es como llegó con nosotros por medio de uno de los agentes
de la agencia con quién realizó una alianza comercial para atender a su cartera
en los seguros de autos y seguro de casa habitación.
Desde que lo conocí, fue muy puntual y me
dejó muy en claro que no quería manejar otro tipo de seguros con nosotros que
no fueran los de autos y casa habitación, así que nuestra relación inició muy
en lo mínimo, muy por encimita, superficial, un saludo de vez en cuando y hasta
ahí.
En una ocasión de las muchas en que acudió
a la agencia lo saludé y me cortó la conversación de tajo porque estaba yo
comentando algo sobre los seguros de vida y muy cortés pero determinante me
recordó que no quería saber nada de nuestros seguros de vida. Sin duda traía la
camiseta muy bien puesta de su compañía de seguros.
Luego de unos meses o años por nuestro
agente, me enteré que Rubén había dejado de ser Agente de Seguros y de esto
hace poco más de un año y sigue siendo cliente del mismo agente de la
promotoría con quién sostuvo la relación comercial.
Hace dos o tres meses, a finales del año
pasado, me lo topé en la promotoría y después de saludarlo e informarle que
tengo conocimiento que dejó de ser agente de seguros, le pregunté si volvería a
ser Agente de Seguros.
No lo creo, fue su respuesta, en realidad
esto de las ventas no es para mí y menos ahora que tengo un trabajo fijo.
Le comenté que me gustaría que me
platicara de su experiencia como Agente de Seguros especialmente del por qué
dejó de ser Agente de Seguros de esa otra compañía y amablemente me dijo que con
gusto se daría tiempo la próxima vez que tuviera una vuelta por la promotoría.
Hace unos días acudió a la promotoría y
solicitó hablar conmigo.
En ese momento yo estaba por terminar la
capacitación del día con un grupo de nuevos agentes cuando mi asistente me
indica que una persona quiere hablar conmigo, así que le indiqué que si me
esperaba unos cinco o diez minutos a que terminara de dar la sesión de
capacitación, con gusto lo atendería.
Mi asistente ahora me dice que si le
permito entrar a la capacitación y esperar a que yo terminara para hablar
conmigo.
Se me hizo muy raro que un cliente de la
agencia solicitara esto de entrar a la sala de capacitación, así que salí y lo
reconocí pues yo creía que era un cliente como cualquier otro que solicita
hablar con el "jefe" de su agente de seguros.
Accedí y entró a la sala de capacitación
quedándose atrás escuchando con mucha atención hasta que terminé con la
capacitación del día.
Luego de despedir a los nuevos agentes lo
invité a pasar a mi oficina. ¿Cómo has estado Rubén, en qué te puedo ayudar?
Me dijiste que querías hablar conmigo de
mi experiencia como Agente de Seguros así que si tienes tiempo platicamos.
Pá su mecha, con mucho gusto y ganas,
permíteme y deja hacer un ajuste en mi agenda, pues tenía a un agente citado en
la siguiente media hora para su reunión semanal de seguimiento, así que le
solicité a mi asistente lo localizara y cambiáramos la cita.
A los pocos minutos mi asistente me indicó
que quedó arreglado el cambio en la cita de seguimiento con mi agente para el
siguiente día a primera hora.
Iniciamos la plática y era cerca de medio
día, terminamos y ya era hora de comer, así que en total fueron como unas casi
tres horas de una muy interesante plática llena de anécdotas que trataré de
resumir en los errores que Rubén cometió cuando fue Agente de Seguros.
El primer error fue enamorarse a la
primera.
Yo diría que más que enamorarse fue la cerrazón
y recordamos como fue de tajante cuando me indicó que no quería saber nada de
nuestros Seguros de Vida. Qué buen "coco wash" traía que no miraba
más allá de mi "team leader" fueron sus palabras.
Todas las compañías de seguros tienen los
mismos seguros, el que en una se llama azul, en otra verde y en otra naranja,
pero son los mismo seguros, como el fab, uno con puntos azules, otro con aroma
a limón, pero insisto son los mismos seguros. No hay nada nuevo bajo el sol.
El error le costó una gran decepción pues
lo que suponía eran valores garantizados en realidad son proyecciones, lástima
que esto lo aprendió muy tarde.
Por eso digo que no tiene la culpa el
indio, sino el que lo hace compadre.
En el caso de Rubén, solo manejaba y
conocía un tipo de Seguro de Vida y este fue el segundo error.
Sabía "de oídas" que hay otros
tipos de seguros pero nunca, tal vez por el enamoramiento y la cerrazón, nunca
se ocupó de conocer más, con "open mind" (mente abierta). No hay más
ciego que el que no quiere ver. En ese tiempo no entendió cómo es que estaba
tan cerrado (enamorado o manipulado).
Tardó un poco en admitir su grado de
culpa. Tanto peca el que mata la vaca como el que le amarra la pata.
Tal vez este fue el tercer error, el de
quedarse sólo con lo que le daban y no levantar la mirada sino hasta que fue
demasiado tarde pues muchos de sus familiares y amigos le compraron, y se vio
en la necesidad de explicarles que lo que les había promocionado como valores
garantizados en realidad no son garantizados sino proyectados, pero esto lo
aprendió tarde, muy tarde.
Tratar de dar solución con un único
producto no es la mejor manera de ayudar a un cliente. Es una solución que sólo
en algunos casos será adecuada pero por algo hay más tipos de seguros de vida.
No quise entrar en detalles técnicos pero
si me dio curiosidad saber cómo es que se percató que el seguro que
promocionaba no contenía tabla de valores garantizados sino proyectados.
Esto le sucedió en un intento de venderle
una segunda póliza a uno de sus asegurados quién resultó que sabía más de
seguros que Rubén.
Fue el cliente quién le mostró otra póliza
de Seguro de Vida, que obviamente no le vendió Rubén, y le hizo saber que mientras
que el Seguro de Vida que promociona Rubén es de inversión, el otro Seguro de
Vida es de ahorro garantizado.
Rubén manifiesta que se sintió mal,
moralmente muy mal y tan grande fue su decepción que terminó por decidir dejar
la actividad, tardó algún tiempo en digerir que y así lo expresa -había estado
engañado y engañando a todos sus clientes.
Sabemos que el si hubiera no existe pero
otra historia sería si hubiera platicado conmigo pero Rubén estaba envuelto una
esfera de motivación, concursos, campañas, capacitación que no le daba tiempo
más que para vender, vender, vender cuando no estaba en las oficinas de su
compañía de seguros.
Este tal vez es el cuatro error,
permanecer más por la motivación envuelta en una serie de cursos de superación
personal, concursos, campañas, etc., etc., que por el convencimiento de lo que
se está haciendo, de la actividad "per se" y de la misión, razón y
fundamento del Seguro de Vida.
El consuelo es que no se realizó ningún
fraude. Si bien no se aseguró de la mejor manera a sus asegurados tampoco le
hizo ningún tipo de daño a nadie salvo a su autoestima y su apreciación o mejor
dicho desprecio por los capacitadores y motivadores más que promotores.
Es hasta cierto punto lógico extrapolar y
suponer que así son todos los demás cuando generalizamos y este es el quinto
error de Rubén. No todos somos iguales, hay niveles.
Una buena parte del tiempo en la plática
le dediqué a reivindicar a mis colegas promotores los que en verdad somos
promotores.
PD Rubén no se llama Rubén quiere
permanecer en el anonimato.
Precisamente el día de hoy se vence mi Cédula Definitiva "A" y no hice el menor intento de refrendarla.
ResponderBorrarMi experiencia fue con la misma compañía de Seguros de la cual eres Socio Comercial Ricardo, yo llegué casi por accidente allá por 2012 en un proyecto que se manejó acá en la Ciudad de México para Asesores Empleados por medio de un outsoursing, con la promesa de contratarnos directamente a partir del 2013 dependiendo de resultados.
Mi experiencia no fue la más óptima desde la capacitación ya que la persona que nos proporcionó la misma allá en sus anteriores oficinas de San Ángel, en primer lugar la Capacitadora solo tomaba en cuenta a sus recomendados por ella misma o por la Gerente Comercial , cabe mencionar que una recomendó a la otra y así vez recibida mandaron cómo a cuatro personas más.
Porque comento esto? por la simple razón que una vez ya estando en operación las preferencias eran sumamente notorias y hasta discriminatorias, ya que el proyecto nos asignaba clientes a cada uno de los Asesores , clientes qué e solicitaban un seguro, una cotización o información.,N vía telefónica, por internet etc. tenían que dar equitativamente y por indicación de la Dirección Comercial a cada Asesor por lo menos 2 citas a la semana.
Bueno, pues jamás nos dieron citas a 11 de los s Asesores de está Gerencia, todas eran para los 4 recomendados, con los cuales la Gerente salía los s viernes a beber.
Bueno todo aparentemente cambió a unos meses ya que el proyecto de Asesores Empleados llegaría a su fin, ofreciéndonos quedarnos y pagarnos la Cédula y la capacitación para convertirnos en Agentes por cuenta propia, lo cual me pareció muy interesante. El karma siempre llega y a la Gerente le dieron las gracias por dos cosas, una por sus salidas los viernes desde las 2 de la tarde a algún bar cercano, y ya no regresar a trabajar y porque la Subdirección detecto que solo vendían mucho más 4 de 15 Asesores
Bien pero las cosas continuaron igual, ya estando por cuenta propia, las citas solo se las daban a sus preferidos al grado que la Jefa de Oficina de San Ángel ahora en Nápoles, hizo que 2 Agentes fueran al MDRT, sin tomarnos en cuenta a los demás.
Mis grandes errores fueron no focalizarme en mi éxito, y estar más al pendiente de los demás, permitir que terceras personas incluyeran negativamente en mi desarrollo tanto como Asesor y luego como Agente, no ser disciplinado, empezar a darme de alta en otras aseguradoras, no consintiera lidar una metodología de trabajo, cómo la que tú bien nos compartes Un Promotor, un producto, una compañía.
Éste refrendo sería mi tercera etapa o intento en Seguros, y cómo se conoce popularmente la Tercera es la vencida.
Lo intentaré de nuevo llevando a cabo lo que no hice por apatía, desconocimiento, inconformidad en fin.
Y claro siguiendo tus valiosos consejos Ricardo, un abrazo!!
Wooooow excelente gracias por compartir
Borrar